El sacerdote, educador e historiador presentó en Piura sus obras “La Aurora de América” y “La mirada de María” y regaló a la UDEP, por sus 50 años, la letra de una marinera atonderada.
Por Elena Belletich Ruiz. 04 abril, 2019.En una entrañable reunión, a la que asistieron exalumnos y excolegas de Mons. Esteban Puig, exdocente de la Universidad de Piura y Prelado de Honor de Su Santidad, el historiador evocó gratos recuerdos de sus más de 20 años en Piura y entregó al director del Coro de la UDEP, maestro Arturo Hernández, una composición musical dedicada a la Virgen titulada “Cholita linda”, inspirada en la virgen Madre del Amor Hermoso, como un homenaje a la Universidad de Piura por sus Bodas de Oro.
En la presentación del coloquio, el doctor Carlos Arrizabalaga reseñó lo más importante del quehacer de Esteban Puig como párroco, como profesor, historiador y periodista, desde su arribo a Piura en 1974, así como sus obras destacadas, entre ellas el Breve Diccionario Folclórico Piurano que ha trascendido las fronteras del país.
“El interés del padre Puig por las costumbres y tradiciones que forman parte del folclor empezó a expresarse en algunas publicaciones hoy difíciles de encontrar, como la revista que publicaba el Grupo Artístico y Literario GLAP fundado por Carlota Ramos de Santolaya. Y por supuesto también en Época, en el suplemento literario que conducía tenazmente don Pepe Estrada Morales”, comentó.
También se refirió a los múltiples estudios y escritos sobre las devociones a María; así como otros muchos artículos de difusión periodística publicados en medios regionales. “Su estudio no puede considerarse un prurito académico ni una diversión de aficionados, o un entretenimiento para llenar las páginas de los dominicales sino una tarea del mayor interés y trascendencia para el desarrollo futuro de la región”, aseveró el lingüista Arrizabalaga.
Por su parte, la Mgtr. Luzmila Flores en parte de su presentación protocolar recordó el paso de Mons. Puig por las aulas de la UDEP: “Para las personas que lo hemos tenido como profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación, constituyó un pilar fundamental en nuestra formación personal y profesional. Conocimos un sacerdote que enseñaba Teología como nadie, sus clases eran expresión de la fe vivida intensamente en un contexto geográfico, cultural y social muy diferente a su querida Catalunya”.
Hay que destacar que el padre Puig también enseñó, a varias generaciones de alumnos, los cursos: Antiguas civilizaciones y otros de Historia, así como Deontología periodística. Además, tuvo fructífera labor en Piura. Entre las distinciones que ha recibido cuentan las Palmas Magisteriales en el grado de Educador, su incorporación en la Academia Nacional de la Historia; y en la Academia Peruana de Historia Eclesiástica.
Según el periodista Milton Calopiña, “atendió las parroquias (7 en total) de la margen izquierda del río Chira. En el año 1980, fue destinado a la Parroquia de Fátima de la ciudad de Piura. Allí desarrolló una intensa labor social, así como en los cuatro pueblos circundantes. Fundó el Centro Infantil Ángel de la Guarda”, el CEO Prolabor para los jóvenes y la Casa Nazaret para ancianos”.
Con agraciadas anécdotas, Mons. Puig recordó varios momentos de su estadía en la Universidad, en Piura, de la que dijo: “Quedé muy impresionado, encantado con ella y me enamoré como un doncel”. Por eso, dice, cada vez que podía ‘me mandaba a mudar’, así conocía cada vez más cada uno de los rincones de nuestra querida Piura.
Al término del emotivo conversatorio, el doctor Antonio Mabres agradeció la deferencia de Mons. Puig al ofrecer “este bonito coloquio, grato y entrañable. Soy testigo de su cariño a Piura y de lo que ha hecho, junto con el p. Jesús Moliné, mientras estuvieron aquí, y del buen amor que tiene a la Universidad, al trabajo intelectual, al estudio e investigación y a todo lo que tiene que ser el trabajo universitario; especialmente, un buen trabajo e investigación muy cercana a nuestra región”, anotó.